¿Cómo puede protegerse del fraude de las cuentas bancarias falsas?
Los fraudes bancarios son numerosos y adoptan diferentes formas.
La ciberamenaza está cada vez más presente en las empresas, los ángulos de ataque de los defraudadores son múltiples y evolucionan con las nuevas tecnologías. Las empresas son el principal objetivo de los defraudadores porque no todas están protegidas contra estos riesgos.
Múltiples ángulos de ataque
Los ciberdelincuentes tienen una variedad bastante amplia de métodos operativos según sus objetivos y sus medios para organizar ataques. Desde el fraude de transferencias bancarias, el más utilizado, hasta el ransomware, las estafas son difíciles de predecir, pero eso no detiene a los ciberdelincuentes.
Aumento de los riesgos cibernéticos
La crisis sanitaria ha provocado un aumento del número de ciberataques, sobre todo con la introducción del teletrabajo sin mucha seguridad de acceso. En 2021, hemos visto un aumento del 13% en los ataques, según el informe de seguridad de ciberdefensa de Orange. El riesgo cibernético está, pues, muy presente en las empresas y afecta especialmente a la cadena de pagos. Al intervenir en los distintos niveles del proceso P2P, los defraudadores consiguen extraer de sus objetivos al menos una transferencia bancaria fraudulenta.
Estas son algunas cifras sobre el fraude en 2021 según el Barómetro de EH (Grupo Allianz):
Los intentos de fraude también se extienden entre las empresas, ya que el 13% de las víctimas lo son por rebote (Barómetro ANOZR WAY). Esto significa que cuando un estafador ataca a una empresa, obtiene mucha información sobre todo su entorno. Así podrá seguir realizando estafas sin tener que volver a realizar un trabajo de investigación completo. Los siguientes objetivos suelen ser un cliente, un proveedor, un socio y son objeto de un ataque de rebote.
¿Se puede recuperar el dinero de un fraude?
Los estafadores están muy organizados. Cuando se lanza el intento de fraude, el estafador ya ha abierto varias cuentas en diferentes bancos antes de lanzar la transferencia fraudulenta. Por ejemplo, en un fraude de falso proveedor, la empresa realiza la transacción, el defraudador recibe la transferencia a una cuenta bancaria. Por lo general, la cuenta está en un banco del mismo país que el proveedor cuya identidad se suplanta. Una vez que el dinero está en esta cuenta, se traslada inmediatamente a varias cuentas en el extranjero, hasta que desaparece. Con estos métodos, el estafador es difícil de rastrear por las autoridades y se asegura de no ser descubierto.
Por eso, es muy complicado recuperar el dinero de un fraude, la empresa víctima se da cuenta del fraude a menudo demasiado tarde para que las gestiones ante el banco y las autoridades permitan retirar la transferencia. No obstante, si la transferencia bancaria no es instantánea y el emisor de la operación se da cuenta con suficiente antelación de la estafa, puede oponerse y obtener, según su banco y el del destinatario, un reembolso de la suma transferida. Aunque esta situación es muy rara. Cuando se reconoce el fraude, la víctima debe presentar una denuncia y presentar pruebas para obtener un reembolso, si el banco lo permite.
¿Cómo se puede evitar?
La ciberseguridad es un tema serio que debe considerarse en la organización general de la empresa y en los procesos de pago. El principal problema que hay que abordar es la debilidad humana. Este es el principal factor que permite que el intento de fraude tenga éxito.